La noche cae, y mi instinto psicópata me hizo buscarla. esa curiosidad obsesiva que se apodera de un deseo... Esa misma que me ha hecho comerte miles de errores y miles de aciertos. esa que en ultimas se vuelve un juego de suma cero, esa misma que equilibra las cargas.
Y la busque, y la encontré... en este mundo globalizado ya no existen los secretos... Ya no hay lugar para esconderse... la encontré ¡¡MALDITA SEA!!. y la vi, y la examine y la exploré... Analicé cada linea, cada color... Y entre mas descubría, entre mas asumía, mas dolía.
Y lo entendí. No debí pero así fue...
Una a una las cortinas se caían, una a una los supuestos se rompían... Ella era tan ella y yo tan yo...
Entendí que empece una guerra sola, una que no podía ganar pues no había nadie contra quien pelear. Entendí que no se puede comparar la ternura con la independencia, ni las cartas cursis con los restaurantes finos. No puedes mezclar la dulzura con la libertad, ni puedes cambiar flores por martinis. No puedes comparar los rayos suaves del amanecer con una noche negra estrellada y profunda.
Son dos mundos distintos de matices distintos. uno apacible y cálidos colores con suaves formas... Otro de rayos estridentes colores psicodelicos y formas abstractas... Uno que se asemeja a un apacible lago, otro que es una montaña rusa imparable.
Si fuéramos colores estarias escogiendo entre el rosado y azul pastel y lo cambiarías por violeta negro y rojo. ¿como comparas eso? ¿como puedes cambiar eso?
Perdí una batalla que nunca di, que nadie quiso pelear contra mi.
Estefania.
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