Esa tarde, me preguntaste algo sobre los dos. No recuerdo la pregunta, pero si recuerdo la autopista vacía, los 120 km/h usuales. Recuerdo mirar a la derecha y ver un restaurante Corral en mi ventana y recuerdo que te dolió mi respuesta.
Ocho años desde mi ultima carta, han sido muchos años ¿no?. Que curioso encuentro el pasar del tiempo, la distancia que ambos pusimos entre nosotros y los caminos que escogimos. Ahora que puedo pensarlo mejor, nunca fuimos una conversación, mas bien fuimos un monologo en donde yo hablaba y tu ignorabas mis palabras. ¿Así fue mejor?.
Que triste es pensar que nunca pudiste ver el juego de sala que elegí, ni pudimos viajar a NYC a perdernos en Central Park. Pero la tristeza no tiene lugar en estos días, es un lujo. Ya no somos de esos lujos. Aun así, NYC y los negocios siempre tuvieron protagonismo en nuestras conversaciones, y a pesar de haber vuelto a visitar la ciudad, esa nostalgia de no haberlo compartido contigo llega en ocasiones, como hoy a esta hora.
Volvería a hacerlo todo tan distinto si tuviéramos esa oportunidad. Esa tarde en el aeropuerto, el viaje en Metro, ese vuelo de regreso, esas 12 horas en Medellin. Pero no puedo. Que extraña y complicada es la nostalgia. Te prometí mirar hacia el horizonte, enderezar la espalda y seguir. Bueno, quiero contarte que lo he logrado. Los sueños que te conté están cumplidos. Fuiste gasolina, fuego y caos. Del caos surgen cosas hermosas, así que te lo debo.
Por el contrario, hoy celebro nuestra existencia fugaz, por que nos obligo a seguir solos sin mirarnos y sin mirar atrás. Eso fue bonito, construir la realidad que cada uno quiso para si mismo siempre el objetivo. Te quiero contar que yo me dedique a coleccionar corazones, viajes y por supuesto dinero. Si ya se que siempre pensaste que no era importante, bueno son viejos hábitos... y si ¡Es muy importante!.
Durante muchos tiempo pensé que eras tu y te lo dije ¿o acaso lo escribí? escribir es para siempre, como Internet, ojala solo lo haya dicho. Pero eramos niños ¿como iba yo a saber?. Bueno al final no eras, al final el amor lo encontré en mi, en mi valentía y en mi disciplina. En abrazar a la gente que me ama, ese sentimiento nunca lo sentí contigo. Pero de nuevo, tarde tiempo en entenderlo y racionalizarlo. Y ya casi no escribo para que nadie reclame ese "siempre", esa palabra ahora solo es mía, así es mejor.
El presente ha sido un magnifico regalo. cada vez me arrepiento menos de las cosas, no cargo culpas pasadas y planeo mejor el futuro (si es que eso se puede). Vivo el día con gratitud, cuido mas las palabras, aprendí a ser dueña de ellas y a tratarlas como el recurso escaso que son. Ahora dosifico los sentimientos por gotas. Pero también te escribo por que como los viejos hábitos sigues colándote en los recuerdos cuando camino.
Me gusta imaginar que me cruzo en tus pensamientos de vez en mes.
Por favor fúmate un cigarrillo en esa terraza con un trago, y en la distancia, en diferentes tiempos, hagamos un brindis, ¿o quizás dos?. Brindemos por todo lo que perdimos para poder soltarnos. Ahora, repasemos el decálogo que te pedí: fueron 10 tareas, las recuerdo bien ¿como van?, ¿haz avanzado?.
Bogotá esta mas fría de lo usual hoy, estoy mirando por mi ventana, ¿como estas?, ¿donde estas?.